Tres astronautas chinos han retrasado su vuelta a la Tierra por un impacto en la nave. El sospechoso: basura espacial
La misión Shenzhou-20, de China, mantiene a la tripulación a salvo en la estación espacial Tiangong tras haber detectado un posible impacto de basura espacial. La tripulación piensa en la reentrada y evalúa posibles daños, con una revisión de telemetría y sistemas para garantizar la seguridad. Los ingenieros de tierra llevan a cabo inspecciones y pruebas para determinar el alcance de cualquier daño y evaluar qué medidas deben tomarse para el regreso. Se prevé la utilización del brazo robótico de la estación para una inspección visual detallada, con la posibilidad de realizar una caminata espacial si fuera necesario. Este incidente resalta la complejidad de las operaciones en órbita y la necesidad de tecnologías de protección ante fragmentos orbitales. Las autoridades analizan la trayectoria y el estado de la nave, con el objetivo de asegurar un retorno seguro y eventual reentrada.
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