Todos coinciden en que hay que dejar el gas. Pero Europa no se da por aludida
Europa enfrenta el inicio de la temporada invernal con preocupaciones sobre la seguridad de suministro de gas. Aunque se reconoce la necesidad de reducir la dependencia de importaciones, la demanda prevista para el conjunto del continente podría aumentar. Los expertos subrayan que la situación exige reformas, inversiones y estrategias de flexibilidad para gestionar picos de consumo sin provocar subidas abruptas de precios. Regasificadoras saturadas y limitaciones en interconexiones con Francia destacan entre los desafíos estructurales que dificultan la diversificación de suministros. Mientras tanto, las políticas de almacenamiento y los acuerdos con proveedores internacionales definen el marco de acción para el invierno. En este contexto, las autoridades intentan equilibrar la seguridad energética con la asequibilidad de la energía para hogares e industrias, ante un escenario en el que los costos podrían mantenerse elevados pese a avances en energías renovables.
Fuente: xataka.com | Leer la nota completa