Hace 55 años, un ingeniero se encerró en su sótano para crear una moto con apodo de perro: fue el renacer de Moto Guzzi
Moto Guzzi, una histórica marca italiana de motocicletas fundada en 1921 en Mandello del Lario, vivió un renacer hace 55 años gracias a un proyecto innovador que surgió en circunstancias particulares. Tras enfrentar una profunda crisis durante los años 60, la empresa estuvo cerca de perder su identidad y relevancia en el mercado frente al avance de las motos japonesas.
En esa etapa complicada, la gestión de SEIMM provocó un alejamiento de las competiciones y una significativa caída en las ventas. Para recuperar el prestigio perdido, la compañía decidió incorporar a Lino Tonti, un ingeniero con experiencia en firmas emblemáticas como Benelli y Gilera, quien junto a Alcide Biotti llevó adelante un ambicioso plan de rediseño.
Con recursos limitados, Tonti y Biotti trabajaron en un taller propio, prácticamente como un taller clandestino, para reinventar la motocicleta V7 Sport. El rediseño incluyó un nuevo chasis doble cuna desmontable, que ofrecía mayor rigidez y facilitaba el mantenimiento del motor bicilíndrico en V a 90 grados, un sello característico de Moto Guzzi desde sus inicios.
El resultado fue una motocicleta más baja y alargada, con un peso aproximado de 205 kilos, una cilindrada cercana a los 748,4 cc y una velocidad máxima que superaba los 200 km/h. Gracias a estas características, la motocicleta recibió el apodo de "Dachshund", que en español se traduce como "perro salchicha", debido a su forma estilizada.
La Moto Guzzi V7 Sport debutó a finales de los años 60 y rápidamente destacó en competencias internacionales. El piloto Umberto Todero logró establecer 19 récords mundiales de velocidad con esta moto, confirmando el éxito del diseño de Tonti y Biotti. Además, la V7 Sport compitió con modelos japoneses como la Kawasaki 750 March IV y la Honda CB 750 Four, reafirmando su competitividad.
Este rediseño no solo representó una renovación técnica para Moto Guzzi, sino que el chasis ideado por Tonti, conocido como "Tonti frame", se convirtió en un ícono y se ha mantenido vigente en diversas motocicletas posteriores. Actualmente, aunque la V7 ha evolucionado mucho desde aquel modelo original, su legado sigue vivo como símbolo de la pasión y excelencia que caracterizaron a Moto Guzzi.
A lo largo de las décadas, la marca ha cambiado de manos, pasando por Aprilia y luego Piaggio, pero la V7 Sport marcó un antes y un después en la historia de esta legendaria fábrica italiana de motos.
Fuente: xataka.com | Leer la nota completa