Finlandia se ha dado cuenta de que no llega su estado de bienestar para evitar la crisis de natalidad. Ahora busca cómo frenarla
Finlandia ha puesto sobre la mesa un plan para enfrentar una caída sostenida de la natalidad, a pesar de ser reconocida por su modelo de bienestar y por sus políticas a favor de la familia. El gobierno dio a conocer una estrategia con veintenas de medidas orientadas a revertir la baja tasa de nacidos y a sostener el mercado laboral y las finanzas familiares ante el envejecimiento poblacional.
Datos oficiales señalan que la tasa de fertilidad ha mostrado una caída significativa a lo largo de las últimas décadas. Según el Banco Mundial, la tasa pasó de unos 2,7 hijos por mujer durante la era del Baby Boom a 1,3 en 2023. Informes posteriores indicaron una leve mejoría, pero esa cifra continúa por debajo de los niveles de reemplazo. En 2024, el ministerio de Asuntos Sociales indicó que la fertilidad llegó a 1,25 en promedio.
La importancia de la estadística radica en su impacto económico y social: Finlandia reconoce el reto y advierte que no es exclusivo de su país, aunque destaca que el descenso ha sido particularmente acelerado en la última década y media. La ministra de Seguridad Social afirmó que hay una brecha entre el número de hijos que las parejas desean tener y el que realmente tienen, lo que agrava el desafío para el sostenimiento del desarrollo demográfico.
Sobre las causas, las autoridades señalan que no existe una única explicación clara. Entre los factores que influyen se mencionan cambios culturales, relaciones más inestables, temas de salud, condiciones del mercado laboral y costos de crianza. Expertos señalan que la mejora de las políticas familiares no evita necesariamente un descenso de la natalidad, y que la situación actual está marcada por la menor tasa de primeros nacimientos y un aumento de personas sin hijos. En este marco, la inmigración también ha sido relevante para otros países al balancear déficits demográficos.
Entre las fuentes citadas se encuentra NPR, que entrevistó a jóvenes finlandeses. Unos jóvenes dijeron haber retrasado la maternidad y algunos expresaron dudas sobre tener hijos, mientras otros ya dieron la bienvenida a sus primeros descendientes tras más de tres años como pareja. Estas percepciones refuerzan la idea de que el fenómeno no se explica solo por políticas públicas, sino por cambios en valores y estilos de vida.
Las veintena de propuestas presentadas buscan fomentar mayor diálogo social con jóvenes de entre 20 y 29 años y, entre otras medidas, impulsa un incentivo económico para la primera maternidad antes de los 30, que podría incluir beneficios como apoyo hipotecario, ventajas fiscales o pensiones. Se plantea también elevar el nivel educativo, facilitar la conciliación laboral, reducir la dependencia de contratos temporales, ofrecer asesoramiento en fertilidad y mejorar la salud sexual y reproductiva. El Gobierno informó, además, de su intención de aumentar la compensación por donaciones de óvulos.
La idea general es disminuir la brecha entre deseo y realidad reproductiva, entendiendo que no existe una solución única. El plan busca combinar políticas de apoyo con cambios culturales y sociales, sin garantizar resultados inmediatos.
Fuente: xataka.com | Leer la nota completa