En Ucrania habíamos visto blindados de Mad Max, pero el último invento ruso ha dejado a todos sin palabras: "erizos" de asalto
Una ofensiva rusa de alto nivel de detalle fue captada por drones de reconocimiento de las fuerzas ucranianas en junio. Las imágenes muestran oleadas de tropas sobre ruedas que despliegan cargas para intentar romper el frente en la región de Kiev. En varios registros, los analistas identifican un recurso que ha ganado notoriedad en el frente: lo que se ha bautizado como “erizo” de asalto, un blindaje que rodea el carro para dificultar ataques de drones y explosiones cercanas.
Entre las tomas destacadas se ve un T-80BVM equipado con una estructura de cables de acero, mezclada con ramas y follaje. Esta configuración, descrita como erizo de asalto, va acompañada de un rodillo antiminas TMT-K en un T-80BVM y de un KMT-7 en un T-72B3, ambos envueltos por jaulas densas de cables que cubren el chasis, la torre y la parte superior. En la modificación del T-80BVM también se añadió un sistema de guerra electrónica, orientado a obstaculizar ataques de drones FPV y, en general, a complicar la detección y el guidance de objetos aéreos pequeños.
Estas adaptaciones responden a un escenario en el que la guerra mecanizada se ve obligada a integrarse con sensores, telecomunicaciones y contramedidas tecnológicas. Las estructuras de cables buscan impedir impactos directos o evitar que los drones queden atrapados o dañados antes de alcanzar sus puntos vulnerables. Sin embargo, la protección adicional eleva el peso, el volumen y la complejidad operativa de los blindados: los tanques se vuelven más lentos, más visibles y menos maniobrables en entornos urbanos o boscosos.
Además de estas piezas, se ha visto una variedad de enfoques para contrarrestar drones FPV y misiles. Se han desarrollado “jaulas”, búnkeres móviles y blindajes suplementarios, que en etapas iniciales resultaron insuficientes ante las maniobras de los dispositivos aéreos. Las innovaciones evolucionan a medida que las fuerzas rivalizan para desacoplar la detección, el guiado y la defensa de los vehículos acorazados, incorporando redes, recubrimientos y estructuras que intentan desorientar o ralentizar a los drones.
En conjunto, estas modificaciones simbolizan un cambio en las reglas del combate acorazado. Los tanques conservan su valor estratégico, pero ya no pueden operar sin apoyo electrónico, cobertura de infantería y vigilancia aérea constante. La pregunta que persiste es si estas adaptaciones mantienen útil al carro de combate o si representan una necesidad de adaptar por completo el concepto de tanque de combate. Por ahora, la respuesta operativa es pragmática: cualquier recurso que permita completar una misión se valora. En la actualidad, la supervivencia se ha convertido en el verdadero blindaje.
Fuente: xataka.com | Leer la nota completa