Cada vez más españoles mueren dejando tras de sí un enorme legado digital. Y cada vez es más complejo gestionarlo

Cada vez más españoles mueren dejando tras de sí un enorme legado digital. Y cada vez es más complejo gestionarlo

Con el avance de la era digital, cada vez son más los españoles que fallecen dejando un importante legado digital que se vuelve complejo de gestionar. En 2013, cuando murió la madre de María en Burgos, ella enfrentó dificultades para eliminar su cuenta de Facebook debido a la falta de normativas específicas y procesos poco claros. Hoy, gracias a la Ley Orgánica 3/2018, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, los familiares o herederos pueden solicitar acceder, rectificar o suprimir datos personales de un fallecido.

Plataformas como Facebook ofrecen opciones para convertir el perfil en una cuenta conmemorativa, permitiendo que se mantenga en línea con la etiqueta “En memoria de” y asignando un contacto de legado. Instagram y LinkedIn también permiten gestionar cuentas tras la muerte, mientras que X (antes Twitter) y TikTok sólo permiten la desactivación de las mismas. Estas redes advierten que las cuentas inactivas por períodos prolongados podrían eliminarse automáticamente, aunque los tiempos varían según la plataforma.

En Google, existe la herramienta Administrador de cuentas inactivas que permite designar hasta 10 usuarios de confianza para que accedan a ciertos datos tras la inactividad por fallecimiento. Apple cuenta con la figura del Representante digital que puede acceder a los datos en iCloud y dispositivos del fallecido. Microsoft elimina cuentas tras dos años de inactividad, aunque se requiere orden judicial para acceder a datos.

Andrea, cuyo esposo falleció hace un año, mantiene activas sus redes sociales y número telefónico para conservar recuerdos y acceso a conversaciones, pero aún no decidió cerrar ninguna cuenta. Además, ha enfrentado dificultades con un blog personal cuyos pagos de dominio se interrumpieron tras la muerte.

La creciente huella digital trae aparejados nuevos desafíos legales y logísticos. La Ley protege el acceso y eliminación de estos datos, pero pocos usuarios planifican su legado digital. Empresas especializadas como Mi Legado Digital ofrecen servicios que incluyen testamentos digitales y gestión post mortem, mientras que aseguradoras como Occident y Mapfre ya incorporan estas coberturas en sus pólizas de decesos.

Además, heredar activos digitales con valor económico, como criptomonedas o derechos generados en internet, también implica consideraciones fiscales relacionadas con el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Los expertos señalan que la demanda por gestionar el patrimonio digital crecerá debido al aumento exponencial de datos personales en línea.

Fuente: xataka.com | Leer la nota completa